Cuarto día de la Novena a S. Félix

En el cuarto día de la Novena a S. Félix de Cantalicio estamos llamados a vivir la alegría como la vivió el santo.
S. Félix
Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

CUARTO DÍA

 1. ORACIÓN PARA COMENZAR:

La humilde alforja limosnera
recoge pan de puerta en puerta;
pide fray Félix por amor
y un don de amor pidiendo entrega.

Juntas se encuentran para el pobre,
servidas juntas en la mesa,
la caridad del Padre bueno,
la bendición de quien la ofrenda.

Camina humilde, como templo
que dentro lleva la Presencia,
y si dialoga, sus palabras
vienen de Dios cual Buena Nueva.

Mirad las cinco flores rojas,
rosas que son de llagas bellas;
mirad la blanca flor bendita,
María, fúlgida azucena.

Ellas serán sus libros santos,
fuente secreta de su ciencia;
todo lo ignora y todo sabe
quien a Dios tiene y se contenta.

¡Honor a Cristo, nuestro Hermano,
que a los sencillos se revela;
honor, que el Padre así lo quiso
y en los humildes se deleita!

Amén.

Hazte Centinela

2. VIRTUD DEL CUARTO DÍA: ALEGRÍA

S. Félix era un santo alegre. Su alegría nacía de hacer siempre la voluntad de Dios y no de los chistes y bromas del mundo. Son muchas las anécdotas sobre la alegría del santo, que nos demuestran su humildad y que no se daba ninguna importancia. Veamos algunos de estos hechos.

Por ejemplo, durante las jornadas frías, quizá algunos religiosos se acercaban al fuego para confortar un poquillo sus cuerpos ateridos. Mas fray Félix huía del grato calor, a la vez que decía a su cuerpo: «Lejos, lejos del fuego, hermano asno, porque San Pedro, estando junto a una hoguera, negó a su Maestro».

Por las calles de Roma le rodeaban los chiquillos para tirarle de las barbas y curiosear en sus alforjas. El fraile, sonriente y hasta riente, enseñaba el catecismo a los niños, y les daba consejos, les embelesaba con su palabra dulce y sencilla.

Inventaba coplas religiosas, que en seguida se hacían populares en la ciudad. Tenía buen oído y voz de barítono. Lo debía de pasar muy bien cantando. «Dentro del convento sabía unir, por modo maravilloso, la alegría con el silencio, el trabajo con la oración».

En cierta ocasión, enfermó un fraile de su comunidad y los hermanos llamaron al médico, que lo desahució. Pero entra fray Félix en la celda del paciente y profiere unas palabras como mojadas de humor y frescura celestiales: «Vamos, perezoso, levántate; lo que a ti te conviene es un poco de ejercicio y el aire puro del huerto». En efecto, el frailecico había sanado.

Tuvo un amigo, el P. Montalto, que llegó a ser Papa. Se llamó Sixto V. Pues siendo ya Papa fue a ver fray Félix y le pidió un poco de pan. Fray Félix busca para el Padre Santo el mejor panecillo, pero el Papa le replica: «No haga distinción, hermanito: deme lo primero que salga». Lo primero que salió fue un mendruguillo negro. El fraile toma el feo pan y se lo entrega a Su Santidad con estas palabras: «Tenga paciencia, Santo Padre; también Vuestra Santidad ha sido fraile». Siempre el humor junto al amor, siempre la gracia junto a la gracia. En actitud poéticamente franciscana, repartía pedacitos de pan a los pobres, a los perros, a los pájaros.

Ofrecemos un compromiso relacionado con la alegría.

3. ORACIÓN FINAL:

Oh Dulce Amor, Jesús,
sobre todo amor,
escríbeme en el corazón
cuánto me amaste.
Jesús, Tú me creaste
para que yo te amase…
Jesús, Jesús, Jesús,
toma mi corazón
y no me lo devuelvas. Amén

Al final se recuerda la gracia que se pide a Dios por intercesión de S. Félix. Padre Nuestro y Ave María.

¿Quieres recibir las noticias de Soy Centinela a tu celular? Únete a nuestro grupo de WhatsApp con el siguiente enlace https://chat.whatsapp.com/EmiEP2STyNiFnWzYv55YPM
También estamos en Telegram como @SoyCentinela, únete aquí:  https://t.me/soycentinela

¿Quieres recibir las noticias de Soy Centinela a tu celular? Únete a nuestro grupo de WhatsApp con el siguiente enlace SoyCentinela
También estamos en Telegram como @SoyCentinela, únete aquí: https://t.me/soycentinela

Recientes

El centinela necesita luz para vigilar, enciende una pequeña luz