En el mataverso, un espacio virtual que pretende volverse la realidad de muchas personas, recientemente una investigadora británica de 43 años, de nombre Nina Jane Patel, contó su experiencia al incursionar en este espacio.
La mujer relató que fue violada virtualmente en el metaverso de Facebook: “A los 60 segundos de conectarme fui acosada verbal y sexualmente”. “Tres o cuatro avatares masculinos, con voces de hombre, violaron virtualmente a mi avatar y sacaron fotos”, explicó. Asimismo añadió que cuando intentaba escapar de dicha situación de acoso le gritaron frases como: “no hagas como que no te ha gustado” o “vete a tocarte con la foto”.
Y, ¿cuál fue la reacción del dueño de Meta, la solución?. Mark Zuckerberg, presidente de Meta, la empresa matriz de Facebook, decidió que a partir de ahora habrá una distancia de 1,2 metros entre los avatares que participen tanto en Horizon Worlds, entorno en el que los usuarios pueden conocer a otras personas mediante la realidad virtual, como en Horizon Venues, espacio donde se celebran conciertos y espectáculos variados.
Y después de la violación y el acoso, llega la okupación.
Una de las iniciativas englobadas dentro del popularmente conocido metaverso es la de Next Earth, una plataforma alemana donde han creado una copia de la Tierra, han dividido el mapa en parcelas virtuales de 100 metros y lo están poniendo a la venta.
Ahora estas copias virtuales de las ciudades están empezando a atraer inversores, dándose el caso que unos pocos usuarios son dueños de gran parte de los edificios de una ciudad.
Por el momento, una persona podría comprar nuestra casa en un mundo virtual. Y en otro mundo virtual tendría otro dueño. Así como tantas veces estén dispuestos a gastar su dinero. Pese a que es evidente que no tiene implicación legal, porque no hay ninguna administración pública que lo sustente, hay inversores que están pagando importantes cantidades de dinero en estos mundos virtuales, reseñó El Debate.
Según Xataka, uno de los deseos de estas plataformas que compran y venden espacios virtuales es que en el futuro, si las gafas de realidad aumentada se popularizan, puedan construir anuncios virtuales asociados a localizaciones. En ese supuesto caso, los dueños de cada casa virtual podrían cobrar un alquiler a las marcas que quisieran anunciarse ahí. ¿Qué tal?
