El director de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresas (Atraem) hizo un análisis de los alcances de la llamada “nueva economía” en el marco de la hiperinflación y la sanciones económicas de la nación.
Alfredo Padilla fundo y sigue al frente de Atraem, una plataforma para el estudio y seguimiento de la problemática social y el peso en ella de las organizaciones obreras. Estas son sus reflexiones a las preguntas de Eneltape:
Eres fundador de ATRAEM, una organización especializada en el tema de los emprendedores y microempresarios, dada la situación que vive el país y la aparición de lo que se ha llamado una «nueva economía». ¿Cuáles son los alcances del fenómeno de la informalidad laboral en el país?.
Las siglas Atraem resumen el foco de atención que nos propusimos desde nuestra fundación hace 15 años. Asociación de Trabajadores Autónomos (que en la Constitución los denomina como trabajadores no dependientes) o un término que ha tomado popularidad, Trabajadores por Cuenta Propia.
El tema del emprendimiento y los emprendedores cuenta ya con disposiciones legales y con diversas formas de financiamiento del Estado, gobernaciones y alcaldías. ¿Cuál es tu valoración de los alcances del emprendimiento en las actuales circunstancias?
Disposiciones legales ya existían en la Constitución, la Ley del Trabajo y en Recomendaciones de la OIT, que reconocen derechos de asociación y a la seguridad social de esos trabajadores. Derechos muchas veces vulnerados o nada cumplidos, como el de acceso a la seguridad social.
Más recientemente, se han aprobado leyes y ordenanzas orientadas a incentivar la formalización de esas iniciativas («Ley de Fomento a Nuevos Emprendimientos» entre otras) Facilitación de trámites para registrarse y eventualmente, convertirse en corriente tributaria, objetivo que se dificulta con los altos costos de registro de empresas, insuficiente capacidad de créditos de la banca privada y existencia de fondos de créditos municipales muy modestos. Sin duda, mejorar esos servicios e incentivar con la formación de oficios y en la capacitación para gestionar sus «emprendimientos», haría posible que la capacidad expansiva que contiene este sector, lo pudiera convertir en un semillero de empresarialidad y de empleos desde el ámbito regional y municipal, de acuerdo a las potencialidades económicas de cada localidad.
Señalas reiteradamente una diferencia entre emprendedores y “trabajadores por cuenta propia”, popularmente conocidos “cuentapropista”.¿Cuál es la dimensión de este fenómeno y según las más recientes investigaciones a que porcentaje de la población alcanzaría?
El trabajo por cuenta propia y emprendimientos no formales en economía privada popular (y media) es la principal fuente de empleo en el país. Suman cerca de 7 millones de personas. Muy por encima del empleo en el sector público y privado.
Entre ellos se cuentan cerca de 300.000 microempresas; decenas de miles de concesionarios de mercados y sus » empleados», decenas de miles en mercados a «cielo abierto», comercio y servicios «puertas adentro» en conjuntos residenciales y en el barrio, arrendamientos de anexos y locales comerciales, autónomos en construcción, en servicios de peluquería y estética, transporte, docentes y profesionales por cuenta propia, asistentes en salud, entretenimiento, recreación, gastronomía, artesanos, vendedores en espacios públicos y ferias( buhoneros), etc.
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