¿Por qué sabía la Fundación Rockefeller en 2010 que iba a haber una pandemia con cuarentena radical?

La institución previó que China sería el primer país en poner a su población en cuarentena y que Occidente impondría la mascarilla obligatoria y la medición de temperatura en los aeropuertos
Bill-Gates entre Soros-y-Rockefeller
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En la Quinta Avenida de Nueva York, coincidiendo con la Calle 37, se alza un poderoso edificio que alberga la sede de la Fundación Rockefeller. Esta institución fue inaugurada con fines filantrópicos hace más de 100 años, en 1913, por el dueño de la Standard Oil, John D. Rockefeller. Hoy en día, su actividad abarca desde la financiación de energías sostenibles hasta el impulso de la vacunación contra el coronavirus en países de bajos ingresos. Esta organización también elabora diversos informes a lo largo del año y uno de ellos ha sido noticia recientemente al ser citado por un político holandés. Se trata de un documento publicado en 2010, bajo el título ‘Scenarios for the Future of Technology and International Development’, donde se anticipa con gran acierto la pandemia de covid-19.

El objetivo de este informe era analizar de qué manera la tecnología iba a acompañarnos en el futuro a través de diversos escenarios hipotéticos. Los expertos que participaron en su diseño, entre los que se encuentra el español Enrique Rueda-Sabater -décadas de experiencia en el Banco Mundial, Cisco y Boston Consulting Group-, plantearon cuatro posibles escenarios:

  • Clever together: un mundo en el que las estrategias de coordinación entre Estados son exitosas y permiten afrontar futuros retos.
  • Hack attack: la inestabilidad económica ha debilitado a los gobiernos y el crimen prolifera.
  • Smart scramble: la depresión económica es generalizada y los Estados van saliendo al paso con medidas ad hoc sin mirar al futuro.
  • Lock step: un mundo autoritario, con líderes cada vez más controladores y un rechazo ciudadano a la clase política en aumento.
    Este último escenario es en el que la Fundación acierta con lo que el mundo afrontó 10 años después, la llegada de la covid-19. Plantean que una nueva cepa de la influenza, extremadamente virulenta y mortal, se propagaría de forma masiva por todo el mundo.

Anticiparon que esta pandemia tendría como consecuencia un efecto mortal en las economías: «la movilidad internacional de personas y bienes se detendrá, debilitando industrias como el turismo y rompiendo las cadenas de suministro globales. Incluso a nivel local, las tiendas y los edificios de oficinas normalmente bulliciosos estarán vacíos durante meses, sin empleados ni clientes».

Cuarentena en China

Lo cierto es que se aproximaron mucho a lo que ocurrió después. Pero aún hay más. El documento de la Fundación Rockefeller previó que los países desarrollados también iban a tener dificultades para contener al virus. «La política inicial de los Estados Unidos de ‘disuadir enérgicamente’ a los ciudadanos de que utilicen transporte aéreo, algo insuficiente que supuso la aceleración de la propagación del virus no solamente en EEUU, sino también a través de sus fronteras».

«Sin embargo, a algunos países les fue mejor», continúa, y señala a «China en particular». «La rápida imposición y aplicación por parte del gobierno chino de la cuarentena obligatoria para todos los ciudadanos, así como el cierre instantáneo y casi hermético de todas las fronteras, salvará millones de vidas y detendrá la propagación del virus mucho antes que en otros países, permitiendo una recuperación pospandemia más rápida», se especifica.

Mascarillas en Occidente

La Fundación Rockefeller también anticipa en este informe que el Gobierno de China no sería el único en tomar «medidas extremas para proteger a sus ciudadanos del riesgo y la exposición al virus». «Durante la pandemia, los líderes nacionales de todo el mundo ejercerán su autoridad e impondrán reglas y restricciones herméticas, desde el uso obligatorio de mascarillas hasta controles de temperatura corporal en las entradas a espacios comunes como estaciones de tren y supermercados».

Incluso después de que la pandemia se desvaneciera, apunta el documento, «este control y supervisión más autoritaria de los ciudadanos y sus actividades se mantendrá e incluso se intensificará. Para protegerse de la propagación de problemas cada vez más globales, desde pandemias y terrorismo transnacional hasta crisis ambientales y aumento de la pobreza, los líderes de todo el mundo tomaron un control más firme del poder».

Como se puede comprobar, la Fundación Rockefeller acertó con exactitud en muchos aspectos de la pandemia 10 años antes de que esta llegara a nuestra vida, y también dibuja unas líneas de lo que ocurrió a continuación.

Borja Negrete/Redacción SOYCENTINELA

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