Primer día de la novena a San Agustín, patrono de «los que buscan a Dios»

San Agustín nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste y recibió el nombre en latín Aurelius Augustinus Hipponensis.
San Agustín
Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

San Agustín nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste y recibió el nombre en latín Aurelius Augustinus Hipponensis.

Es patrono de los que buscan a Dios y es ejemplo de que, sin importar que tan lejos esté una persona del Señor, siempre es posible acercarse o volver a Él.

En el 385 y tras una vida mundana en la que no hallaba la felicidad, Agustín se convirtió al cristianismo, gracias a las intensas oraciones de su madre, Santa Mónica.

Hazte Centinela

Agustín fue llamado a la Casa del Padre estando en Hipona el 28 de agosto de 430; convirtiéndose con el tiempo en un gran santo, padre y doctor de la Iglesia Católica.

Es considerado el máximo pensador de los primeros siglos del cristianismo y uno de los más grandes genios de la humanidad, pues dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología.

Sus obras más destacadas son “Confesiones” y “La ciudad de Dios”.

El 28 de agosto de cada año celebramos su fiesta, y como preparación ofrecemos aquí esta novena en su honor:

PRIMER DÍA:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades’, úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)

Primer Día

Lectura
«Jesús, sabiendo que el Padre le había puesto todo en su mano, y sabiendo que había venido de Dios y que a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una toalla; echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que llevaba ceñida». Jn 13,23

Reflexión
El Señor por su infinita misericordia, ha querido que yo ocupara este lugar y me dedicara al ministerio pastoral; por. ello debo tener presente dos cosas, distinguiéndolas bien, a saber:
que por una parte soy cristiano y por otra soy obispo. El ser cristiano se me ha dado como don propio; el ser obispo, en cambio, lo he recibido pará vuestro bien. Consiguientemente, por mi condición dé cristiano debo pensar en mi salvación, en cambio, por mi condición de obispo debo ocuparme de la vuestra.
En la Iglesia hay muchos que, siendo cristianos pero sin ser prelados, llegan a Dios; ellos andan, sin duda, por un camino tanto más fácil y con un proceder tanto menos peligroso cuanto su carga es más ligera. Yo, en cambio además de ser cristiano, soy obispo; por ser cristiano deberé dar cuenta a Dios de mi propia vida por ser obispo deberé dar cuenta de mi ministerio.
San Agustín Sermón 46

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

Oración Final

Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba… Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¿Quieres recibir las noticias de Soy Centinela a tu celular? Únete a nuestro grupo de WhatsApp con el siguiente enlace SoyCentinela
También estamos en Telegram como @SoyCentinela, únete aquí: https://t.me/soycentinela

Recientes

El centinela necesita luz para vigilar, enciende una pequeña luz