El sacerdote y teólogo navarro José Antonio Sayés Bermejo ha fallecido este martes 26 de abril a los 78 años de edad en la residencia sacerdotal El Buen Pastor de Pamplona debido a la enfermedad neurodegenerativa que padecía desde hace unos años. Nacido en Peralta, era doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Fue profesor en la Facultad de Teología de Burgos. Es autor de más de 40 libros.
Los que, gracias a la Providencia, tuvimos a Sayés de profesor podemos dar fe de su rigor, pedagogía y valentía para ir contra corriente también de las modas eclesiales que tanto daño están haciendo a la Iglesia. Sin duda, es uno de los mejores teólogos de este tiempo.
La familia Sayés es muy conocida y apreciada en Peralta. José Antonio era el menor de tres hermanos, ya fallecidos. Su hermano Juan también fue sacerdote, mientras que Jesús fue carnicero.
José Antonio Sayés fue ordenado sacerdote en 1968 tras cursos sus estudios en el seminario de Pamplona. En 1972 fue alumno de Joseph Ratzinger en un curso sobre la Eucaristía. Colaboró con el cardenal de Viena Von Schönborn en la redacción del nuevo Catecismo.
Desde sus inicios ha sido profesor y formador de seminaristas. En su actividad como conferenciante, viajó a numerosos países: Estados Unidos, Brasil, Japón, Australia… Prácticamente todos los años publicaba algún libro de teología, filosofía o moral. Uno de sus temas recurrentes eran la fe y la existencia de Dios, con títulos como ‘Dios existe’ (Ed. Edapor) o ‘Ciencia, ateísmo y fe en Dios’ (Eunsa), ‘Teología para nuestro tiempo: la fe explicada’ (Ed. San Pablo), `¿Por qué creo?’ (BAC) o ‘Teología de la creación’ (Ed. Palabra). También le gustaba abordar temas espinosos, como la existencia del demonio (‘El demonio, ¿realidad o mito?’) o el infierno (‘Más allá de la muerte’) o la sexualidad (‘Moral de la sexualidad’). Publicó su último en 2017, ‘La Verdad de la fe’, en editorial San Pablo.
Gran aficionado a la montaña, durante décadas organizó campamentos para jóvenes en los Pirineos, Asturias, Gredos y también por Europa, como en los Alpes y las Dolomitas. “Le encantaba la montaña: le hacía sentirse más cerca de Dios al contemplar la belleza de la creación y trataba de transmitir eso a la gente que le acompañábamos”, recuerda el peraltés Héctor García, que recuerda que en estas convivencias salieron “abundantes vocaciones, al sacerdocio, la vida consagrada y también al matrimonio”.
El funeral se celebrará este martes a las 20.00 horas en la parroquia de San Juan Evangelista de Peralta.
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